lunes, 5 de septiembre de 2016

CAMBIO PROFESIONAL

Hace unos años, me pidieron que diera una clase de yoga a favor de una causa benéfica. Mientras impartía la clase, una de las alumnas, que además era compañera mía de trabajo dijo, "veo a Sandra muy en su papel, qué diferente la veo aquí". Por aquel entonces, es muy probable que yo dedicara más de dos terceras partes de mi vida diaria a trabajar en una multinacional tecnológica, como ingeniera. Ese era mi trabajo en aquel momento. Ahora sé que poco importa el tiempo que le dediques a algo, sino lo que es para ti ese algo. Retomando la anécdota del principio, este comentario fue respondido por otro compañero de trabajo y amigo en común. Él respondió, "es que esta es la verdadera Sandra, esta es ella y no la otra".


Los miedos son como las capas de una cebolla, se van acumulando unos sobre otros tapando el corazón de cada uno o su esencia. Y cuando vas quitando esas capas, saliendo poco a poco de tus zonas de confort, va quedando algo cada vez más parecido a tu verdadero yo. A veces asomaba esa esencia, en tal o cual actividad y llegó un momento en el que llegué a dedicarme a algo que verdaderamente me apasionaba durante el cien por cien de mi tiempo. ¿Qué significa que me apasionaba?, significa que tenía verdadero sentido para mi, verdadera importancia y valor. Algo en lo que creía, que veía verdaderamente necesario y que me veía motivada a compartir con los demás.



Cuando yo pensé en hacer un cambio profesional, fue el momento en el que puse en marcha pasos hacia esa profesión a la que me quería dedicar. Di vueltas y estudie cosas que me apasionaban y cosas que no me apasionaban tanto. Siempre mantuve y mantengo una actitud curiosa, como parte de mi forma de ser. Y en especial hacia todo lo relacionado con la mente. El ser humano y su comprensión es y ha sido mi pasión desde siempre.


No he ido por un camino recto, sino que he probado aquí y allá de este y aquel conocimiento, estudios técnicos por ejemplo, que nada tenían que ver, sin embargo también parte de mí. El recorrido me ha llevado a donde estoy ahora, dedicada a la Psicología y al profundo conocimiento que tiene Oriente desde hace miles de años sobre la mente humana. www.vitaldesarrollohumano.com



Desde que tomé la decisión de dejar la profesión a la que había dedicado muchos años, pasé por distintas sensaciones. Hubo momentos de ilusión y hubo otros duros de dudas, miedos e incertidumbre. Aunque la incertidumbre no desaparece, pues es parte de la vida, se puede re-aprender a vivir con ella. Digo "re-aprender" pues es algo tan natural como el respirar y lo desaprendemos con el miedo que acumulamos a lo largo de la vida. "Bailar con la vida", que no es tanto que no llueva nunca, como que puedas sacar un paraguas cuando llueve. La incertidumbre no nos gusta pero cuando dejas de tenerle miedo, la vida ya no vuelve a parecer monótona. La vida es cambio y en aquellos momentos, eso se hizo más patente.


¿Cómo conseguí hacer este cambio? Hay dos conceptos a tener en cuenta, los saboteadores y los promotores del cambio profesional. Primero decir que los saboteadores, que a priori pueden parecer negativos, no lo son tanto y te pueden ahorrar problemas (lo veremos más adelante). Podemos distinguir entre los siguientes factores que influyen en el cambio: los demás, tu irracionalidad y tu plan. Entendí que los miedos de los demás, no son mis miedos. Y creí en mi, antes, durante y después del cambio. Sin embargo, supe que el cambio no debía hacerse a toda costa, es decir, si en un momento sentí un miedo excesivo, re-estudié la situación y valoré si lo que suscitaba el miedo era racional o irracional. No hay siguiente paso hasta que ésto no esté solucionado. Me vi en la obligación de revisar mis miedos, distinguir los irracionales y trabajarlos. Además, objetivicé cada paso a seguir, definiéndolo en detalle. Entre otras cosas positivas, ésto redujo mi percepción de la incertidumbre. El miedo moderado o la ausencia total de él, me indicaban que, en esa parte, ya estaba preparada. Después, la ilusión por lo que venía y la buena planificación, se convirtieron en el motor para realizar un buen cambio, en el que solo veo el camino delante de mi, siento amor y calma y esa es la confirmación del éxito.
En la acción se da el aprendizaje más rico. Por la realización de conductas nuevas, vivimos resultados distintos y conlleva cambios en los paradigmas mentales, que podemos aprovechar como parte del crecimiento personal o descubrimiento de nuestra propia esencia. La pasión por lo que haces es contagiosa y transformadora para el que lo vive y el que está alrededor y lo recibe de alguna manera. www.vitaldesarrollohumano.com.



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